Encantados de añadir a nuestro portfolio de proyectos esta confortable casa, típica de nuestro litoral Mediterráneo.
Un exquisito trabajo del estudio de arquitectura CA-N, que con una impecable y acertada intervención, ha dotado a la vivienda, de un nuevo aire de frescura y contemporaneidad, realzando los elementos arquitectónicos originales.
“Se ha buscado establecer vínculos con la arquitectura local mediterránea, partiendo de la austeridad constructiva de la edificación original…materiales auténticos y de carácter natural, como la madera de pino, la rasilla cerámica y las baldosas vidriadas hechas a mano.”
La madera vuelve a ser un elemento protagonista, tanto en su concepción arquitectónica como en el interiorismo.
El pino, la madera elegida en su estado puro, con un tratamiento de aceite sostenible, incoloro y natural en el exterior e interior. Una madera coherente con el proyecto, que reafirma nuestra cultura constructiva, realzando los elementos y dotándolos de una sobria elegancia, atemporal y cálida.
Cerramientos realizados con nuestro perfil Iscletec78 montados con vidrios de capa para aumentar el aislamiento acústico y térmico.
Ventanas y balconeras de madera que han sido minuciosamente diseñadas para obtener una elaborada entrega con la pared interior y exterior, un exhaustivo trabajo que reduce la visual del marco con elegantes líneas rectas y minimalistas.
El proyecto surge de la iniciativa de una joven pareja que busca reformar la antigua casa de la abuela de uno de ellos con el objetivo de transformarla en su hogar y en el lugar donde formar una familia. Construida en los años 50 sobre una parcela de tan solo cuatro metros de ancho, la vivienda original tenía una distribución fragmentada, adaptada a las necesidades de la época. A pesar de que la casa se encontraba en perfecto estado de conservación, su distribución no respondía a los conceptos contemporáneos de funcionalidad y espacios abiertos que los propietarios deseaban.
Este hecho permitió preservar y poner en valor varios elementos originales, como el techo de vuelta catalana y parte de la escalera original, los cuales se integraron en la nueva propuesta.
La intervención se centra en la apertura de los espacios y la creación de tres habitaciones y dos baños, así como en el diseño de un jardín y terrazas que aporten funcionalidad. El primer paso consistió en el derribo del patio interior para integrar este espacio al salón y habilitar una terraza en la planta superior.
Esta reconfiguración permitió invertir el acceso a la escalera, cambiando su sentido.
A partir de estas grandes aperturas, la cocina se abrió hacia el salón y se extendió visualmente hasta el jardín, respetando las proporciones originales de las ventanas.
En el piso superior, se eliminó el falso techo para generar un doble espacio que refuerza la sensación de altura y amplitud, compensando los escasos cuatro metros de ancho de la casa. Para aprovechar al máximo el espacio, la habitación principal no alcanza el techo, lo que permite la creación de un área de almacenamiento e incorpora iluminación natural desde el exterior.
Finalmente, en el jardín, se demolieron las construcciones existentes para maximizar el espacio exterior disponible.
El pavimento se alarga desde el interior, formando una losa continua que extiende la zona de estar hacia el exterior, creando una experiencia de vida fluida entre el interior y el jardín.